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Argentina: Robar, ¿es un derecho humano? – por Malú Kikuchi
By admin ⋅ June 27, 2011 ⋅ Email This Post⋅ Print This Post⋅Post a comment
Disculpe, el tema no es ni River, ni Mariotto, ni Boudou.
Los 10 mandamientos que rigen tanto a judíos como a cristianos, dicen en el 7º: no robarás. En el Corán, libro sagrado del Islam, robar debe ser castigado con el corte de la mano pecadora.
En todos los códigos penales, de todos los países, robar está penado. En el nuestro, las estafas y defraudaciones, figuran desde el artículo 172 al 175. Resumiendo: robar, estafar y defraudar, no es sólo un pecado, además es un delito. Está mal. Robarle a un pobre, es peor.
Y la ley sobre fundaciones, Nº 19.836, dice en su artículo 1º: “Las Fundaciones son personas jurídicas que se constituyen con un objeto de bien común SIN OBJETIVO DE LUCRO. Los fundadores de la fundación son SOLIDARIA e ILIMITADAMENTE RESPONSABLES POR LAS OBLIGACIONES CONTRAÍDAS”.
Se lo advertí, ni River, ni Mariotto, ni Boudou, “Sueños compartidos”, mamá Hebe, su ex hijo del corazón, Sergio Schoklender, y la falta de controles por parte del gobierno nacional sobre los fondos entregados, que salieron de nuestros bolsillos, son el tema.
“Les robaron los DDHH a los pobres, en nombre de la ideología”, dijo Lilita Carrió. De la ideología y también en nombre de los muchísimos millones de pesos, que los muchos protagonistas de este infame culebrón real, le han agregado a sus patrimonios personales. En detrimento de los pobres que dicen “ayudar”.
A esta altura de los acontecimientos, pareciera indiscutible que Sergio Schocklender es responsable por algunos negociados realizados a través de la Fundación Madres De Plaza de Mayo, devenida en empresa constructora de casas, en principio para personas necesitadas.
Son demasiados los datos precisos al respecto. Desde su abultado e inexplicable patrimonio personal, pasando por el “country” El Patacón en la zona de Pilar, donde 7 de las casas están construidas con materiales de la Fundación y escrituradas a nombre de los hermanos Schocklender y de la mujer de Sergio; se acaba de descubrir otro avión de su pertenencia, pasando por los contratos firmados y no cumplidos con diferentes municipios de distintas provincias argentinas.
¿Recuerda el alud de Tartagal a principios del 2009? El 17/2/09, el intendente Leavy firmó con la Fundación Madres un convenio para construir 350 casas. El 25/2/09, en la inmobiliaria Rivadavia, firma Guanini, en presencia del intendente Leavy, Sergio Schocklender pagó en efectivo $80.000 como adelanto por 10 hectáreas que costaban $500.000 y pagó $20.000, en efectivo, a cuenta por otras 10has.
En marzo 2009 pagaron $170.000 y de los $47 millones entregados por el gobierno nacional a la Fundación, para la construcción de viviendas en Tartagal, nunca más se supo nada. Las casas no se construyeron.
La cuenta es simple, 80.000 + 20.000 + 170.000 suman 270.000, si los restamos de 47.000.000 el resultado es de $ 46.730.000. Dejar sin techo y en nombre de los DDHH a personas necesitadas es un muy, pero muy redituable negocio. Y esto es sólo un ejemplo.
Sin pretender condenar, hecho que le compete al poder judicial, y conste que el poder judicial y la justicia últimamente no parecen ponerse de acuerdo, supongamos que Sergio Schocklender es culpable de todas las defraudaciones que se han hecho en nombre de la Fundación de Madres de Plaza de Mayo. ¿Pero Sergio lo hizo solito?
¿Nadie se enteró que los millones de pesos de todos los contribuyentes argentinos, graciosamente donados por el gobierno nacional a la Fundación, desaparecían sin haber cumplido la mayoría de aquello que se habían comprometido a realizar?
¿Nadie desde el gobierno nacional, o los gobiernos provinciales o municipales, o la UIF (ante la que había sido denunciado el fraude) controló a donde iban a parar los millones de pesos? ¿Todos estaban tan, pero tan distraídos que no se enteraron? ¿Todos estaban mirando otro canal? Es difícil de aceptar.
En la Fundación, los que no se fueron indignados con lo que veían, que fueron muchos, ¿nadie se animó a preguntar por el uso de los fondos que no llegaban a destino? Si fue así, y nadie cuestionó, es que tenían miedo. Y miedo sólo se le tiene a mamá Hebe. ¿Mamá Hebe no sabía, no quería saber, no le importaba o era conciente?
Supiera o no, estuviera al tanto y formara parte del fraude, o estuviera al tanto y no hiciera nada al respecto, o simplemente estuviera ocupada en insultar a todos aquellos que ella considera enemigos del generoso gobierno K, que la sostiene, de acuerdo a la ley de fundaciones, ella es solidariamente responsable del defalco.
También lo son los mucho funcionarios, desde ministros hasta secretarios, pasando por intendentes a punteros, todos son responsables y deben dar respuesta por lo hecho con los dineros y por lo no hecho con esos mismos dineros.
No es cuestión que Sergio, condenado por doble parricidio (¡qué más se puede pedir!, toda otra acusación es leve comparada con esta), se le adjudiquen todas las culpas. Estas han sido compartidas de verdad, no como los “sueños compartidos”, que no lo fueron.
Porque de seguir así, y con tal de no llegar hasta donde hay que llegar, que además de la intocable mamá Hebe, roza las más altas esferas del gobierno, vamos a enterarnos un día de estos que Sergio escondió los desaparecidos dineros de Santa Cruz, llenó de cocaína a Southern Wings, maquinó el fraude de SKANSKA, se disfrazó de Antonini Wilson para entrar la célebre valija de los US$800.000 y es responsable de todos los desaguisados que han ocurrido y siguen ocurriendo en el país.
El chivo emisario es una figura bíblica. Se supone que carga con todos los pecados del pueblo y se lo sacrifica como acto de purificación. Si Shocklender es culpable del fraude atroz que significa estafar a los pobres en nombre de supuestos DDHH, y todo indica que si, que es culpable, debe pagar.
Los demás, los que lo permitieron, a conciencia o sin saberlo, los que probablemente se enriquecieron tanto como Shocklender, también tienen que pagar. Sean quienes fueren, representen lo que representen, deben pagar.
Y este manso, cansado, desganado, indiferente pueblo argentino del que formo parte, ante tamaño atropello a la buena fe, a la pobre gente que se dice defender, a los vapuleados DDHH tuertos, manipulados y usados de la peor manera posible, debe reaccionar.
No permitamos que temas mediáticos como River, o político/electorales como imponerle el vicegobernador a Scioli (¡viva el federalismo!) y elegir a ¡Boudou! (ver “Y el vice” 22/5/11) como compañero de fórmula, nos distraigan del atropello moral que ha significado el fraude perpetrado desde la Fundación de Madres de Plaza de Mayo.
Si los defensores de los DDHH piden “juicio y castigo”, agreguémosle, y *DEVOLUCIÓN. El voto de cada uno de nosotros puede cambiar la historia. De nosotros depende. Octubre está cerca.
*El agregado es idea de Emilio Perina (h.)
Fuente: La Caja de Pandora (Argentina)
Argentina: Robar, ¿es un derecho humano? – por Malú Kikuchi
By admin ⋅ June 27, 2011 ⋅ Email This Post⋅ Print This Post⋅Post a comment
Disculpe, el tema no es ni River, ni Mariotto, ni Boudou.
Los 10 mandamientos que rigen tanto a judíos como a cristianos, dicen en el 7º: no robarás. En el Corán, libro sagrado del Islam, robar debe ser castigado con el corte de la mano pecadora.
En todos los códigos penales, de todos los países, robar está penado. En el nuestro, las estafas y defraudaciones, figuran desde el artículo 172 al 175. Resumiendo: robar, estafar y defraudar, no es sólo un pecado, además es un delito. Está mal. Robarle a un pobre, es peor.
Y la ley sobre fundaciones, Nº 19.836, dice en su artículo 1º: “Las Fundaciones son personas jurídicas que se constituyen con un objeto de bien común SIN OBJETIVO DE LUCRO. Los fundadores de la fundación son SOLIDARIA e ILIMITADAMENTE RESPONSABLES POR LAS OBLIGACIONES CONTRAÍDAS”.
Se lo advertí, ni River, ni Mariotto, ni Boudou, “Sueños compartidos”, mamá Hebe, su ex hijo del corazón, Sergio Schoklender, y la falta de controles por parte del gobierno nacional sobre los fondos entregados, que salieron de nuestros bolsillos, son el tema.
“Les robaron los DDHH a los pobres, en nombre de la ideología”, dijo Lilita Carrió. De la ideología y también en nombre de los muchísimos millones de pesos, que los muchos protagonistas de este infame culebrón real, le han agregado a sus patrimonios personales. En detrimento de los pobres que dicen “ayudar”.
A esta altura de los acontecimientos, pareciera indiscutible que Sergio Schocklender es responsable por algunos negociados realizados a través de la Fundación Madres De Plaza de Mayo, devenida en empresa constructora de casas, en principio para personas necesitadas.
Son demasiados los datos precisos al respecto. Desde su abultado e inexplicable patrimonio personal, pasando por el “country” El Patacón en la zona de Pilar, donde 7 de las casas están construidas con materiales de la Fundación y escrituradas a nombre de los hermanos Schocklender y de la mujer de Sergio; se acaba de descubrir otro avión de su pertenencia, pasando por los contratos firmados y no cumplidos con diferentes municipios de distintas provincias argentinas.
¿Recuerda el alud de Tartagal a principios del 2009? El 17/2/09, el intendente Leavy firmó con la Fundación Madres un convenio para construir 350 casas. El 25/2/09, en la inmobiliaria Rivadavia, firma Guanini, en presencia del intendente Leavy, Sergio Schocklender pagó en efectivo $80.000 como adelanto por 10 hectáreas que costaban $500.000 y pagó $20.000, en efectivo, a cuenta por otras 10has.
En marzo 2009 pagaron $170.000 y de los $47 millones entregados por el gobierno nacional a la Fundación, para la construcción de viviendas en Tartagal, nunca más se supo nada. Las casas no se construyeron.
La cuenta es simple, 80.000 + 20.000 + 170.000 suman 270.000, si los restamos de 47.000.000 el resultado es de $ 46.730.000. Dejar sin techo y en nombre de los DDHH a personas necesitadas es un muy, pero muy redituable negocio. Y esto es sólo un ejemplo.
Sin pretender condenar, hecho que le compete al poder judicial, y conste que el poder judicial y la justicia últimamente no parecen ponerse de acuerdo, supongamos que Sergio Schocklender es culpable de todas las defraudaciones que se han hecho en nombre de la Fundación de Madres de Plaza de Mayo. ¿Pero Sergio lo hizo solito?
¿Nadie se enteró que los millones de pesos de todos los contribuyentes argentinos, graciosamente donados por el gobierno nacional a la Fundación, desaparecían sin haber cumplido la mayoría de aquello que se habían comprometido a realizar?
¿Nadie desde el gobierno nacional, o los gobiernos provinciales o municipales, o la UIF (ante la que había sido denunciado el fraude) controló a donde iban a parar los millones de pesos? ¿Todos estaban tan, pero tan distraídos que no se enteraron? ¿Todos estaban mirando otro canal? Es difícil de aceptar.
En la Fundación, los que no se fueron indignados con lo que veían, que fueron muchos, ¿nadie se animó a preguntar por el uso de los fondos que no llegaban a destino? Si fue así, y nadie cuestionó, es que tenían miedo. Y miedo sólo se le tiene a mamá Hebe. ¿Mamá Hebe no sabía, no quería saber, no le importaba o era conciente?
Supiera o no, estuviera al tanto y formara parte del fraude, o estuviera al tanto y no hiciera nada al respecto, o simplemente estuviera ocupada en insultar a todos aquellos que ella considera enemigos del generoso gobierno K, que la sostiene, de acuerdo a la ley de fundaciones, ella es solidariamente responsable del defalco.
También lo son los mucho funcionarios, desde ministros hasta secretarios, pasando por intendentes a punteros, todos son responsables y deben dar respuesta por lo hecho con los dineros y por lo no hecho con esos mismos dineros.
No es cuestión que Sergio, condenado por doble parricidio (¡qué más se puede pedir!, toda otra acusación es leve comparada con esta), se le adjudiquen todas las culpas. Estas han sido compartidas de verdad, no como los “sueños compartidos”, que no lo fueron.
Porque de seguir así, y con tal de no llegar hasta donde hay que llegar, que además de la intocable mamá Hebe, roza las más altas esferas del gobierno, vamos a enterarnos un día de estos que Sergio escondió los desaparecidos dineros de Santa Cruz, llenó de cocaína a Southern Wings, maquinó el fraude de SKANSKA, se disfrazó de Antonini Wilson para entrar la célebre valija de los US$800.000 y es responsable de todos los desaguisados que han ocurrido y siguen ocurriendo en el país.
El chivo emisario es una figura bíblica. Se supone que carga con todos los pecados del pueblo y se lo sacrifica como acto de purificación. Si Shocklender es culpable del fraude atroz que significa estafar a los pobres en nombre de supuestos DDHH, y todo indica que si, que es culpable, debe pagar.
Los demás, los que lo permitieron, a conciencia o sin saberlo, los que probablemente se enriquecieron tanto como Shocklender, también tienen que pagar. Sean quienes fueren, representen lo que representen, deben pagar.
Y este manso, cansado, desganado, indiferente pueblo argentino del que formo parte, ante tamaño atropello a la buena fe, a la pobre gente que se dice defender, a los vapuleados DDHH tuertos, manipulados y usados de la peor manera posible, debe reaccionar.
No permitamos que temas mediáticos como River, o político/electorales como imponerle el vicegobernador a Scioli (¡viva el federalismo!) y elegir a ¡Boudou! (ver “Y el vice” 22/5/11) como compañero de fórmula, nos distraigan del atropello moral que ha significado el fraude perpetrado desde la Fundación de Madres de Plaza de Mayo.
Si los defensores de los DDHH piden “juicio y castigo”, agreguémosle, y *DEVOLUCIÓN. El voto de cada uno de nosotros puede cambiar la historia. De nosotros depende. Octubre está cerca.
*El agregado es idea de Emilio Perina (h.)
Fuente: La Caja de Pandora (Argentina)
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